lunes, abril 30, 2007

EL 29 DE JUNIO

Nos comeremos la luna a pelliscos de puta pasión. Nos enredaremos entre las malditas letras y nos salpicará la saliva que se escape de versos cantados sin más aderezos que los que queramos ponerles, después de besar bellota y destapar barrica de viejos robles en los aparcamientos del Hípico. Que donde corrieron caballos pueden correr sentimientos que fustiguen calores veraniegos de bajos instintos y alijeren sudores que pesan como una zorra y furcia vida entera, dedicada al santo oficio de habernos portado bien.

Pero esa noche nos perderemos en la caída como se despeña un maldito peñasco que sabe que se hará mil pedazos cuando acabe su carrera. Y cuando salga el alba, ¿a qué nos sabrá la boca? A haber quemado otro puto cartucho. Otro más. A haber soltado lastre vital. Y caminar más ligeros.

Caminaremos.

Así escribe por "Ruidografías" quien vas a ir a ver sudar:

AUTOCASTIGO

No sé dónde leí
que en el invierno más terrible
hay un verano invencible,
algo así deben ser
mis noches de autocastigo,
de soñar contigo,
de esa clase de inviernos
quiero pensar que está
hecha mi sonrisa insomne,
la nada de mis bolsillos,
a lo mejor de esos inviernos está
trazado el contorno del abismo
del que hablan los laureados
malditos,
los poetas de mierda,
aunque lo más probable
es que sólo sean eso,
un puñado de versos destinados
al que sabe que su invierno
no dará paso a ninguna florida
primavera y que ésta no precederá
a ningún verano invencible.

Así será. Y así nos llenarán los oídos de gloria.

Y de esta manera llegaremos al momento que sólo está reservado a aquellos que se encuentran donde sólo llegan la piel y las miradas que lo dicen todo.

Que se joda el viento, Pilar, que no puede mecerte a su antojo.