DE LO QUE PUDO HABER SIDO...
... Cuando la noche se hizo clara. Y con ella se fue la niebla y el alcohol y el sueño nos acarició los párpados a la hora en la que abren las tiendas. Por aquí asomo casi en un día trece a echar algo de aliento de nuevo. En esta ocasión, aburrido del silencio que me rodea, he dejado que el Tabi me susurre al oído. Sucede que me dice que tiene mal de amores y además pasa que no le importa, que sabe que le durará poco y que si a mí me da igual, a él le da lo mismo. Y yo me lo creo, porque aquel cuyo calor es como el sol de invierno en la cara, es el único al que los males de amores se le van antes de asomarle siquiera más de dos noches por el pecho. Eso lo sé yo. Como también sé que unas veces cuesta más que otras, pero que sólo es una cuestión de tiempo y de quitar una capa de óxido. Y de eso él va sobrado. Presente. Ganas de vivir que lo llaman los poetas.
Tal vez hemos pasado mucho tiempo, demasiado, acogidos al calorcito de la misma barra. Será que no me importa porque conozco otros maderos donde inventar momentos mejores, mucho más que allí donde nos dejamos el pellejo el sábado pasado. Otras en las que hay sitio para nosotros. Donde a lo mejor con suerte, alguna muchachita te regala algo de carmín y sombra y sin suerte atiborrarte de ron de caña. Allí sé que Tabi estaría a gusto y vomitaría tranquilo, despacio, sin prisa, cómo regalarle una flor a alguna dama, o al menos a una que quisiera parecerlo aunque sólo fuera durante unas horas. Noche oscura del alma, bastaría con que se dejara robar unas caricias. Ya ves. Cuando crees que lo has visto todo y que nada puede sorprenderte, aparece un fulano y te enseña un nuevo requiebro para engañar a la tristeza un fin de semana más. Un mensaje que no llega, una mirada al teléfono cuando sólo hay patatas seis salsas en la mesa, unas palabras que jieren pero sólo lo justo y una barra que coger a caraperro. Y qué le vamos a hacer si te hace suspirar en secreto. Que la jodan. Que si te tiembla algo más que el bolsillo cuando te suena el móvil, no existe viento capaz de tumbarnos.
Cumpliendo con nuestro oficio, tú y yo volveremos a herrar a la mala suerte para salir a montar un ratito con ella estas navidades, por si acaso se nos ocurre pensar que la cosa será distinta mañana. Tú si lo crees, yo cada día soy más escéptico. Tendré que golpearme con más frecuencia el pecho, a ver si saco mierda de mi alma y escupo y se me pone morado y se me pasa. Por si acaso, el sábado a las horas en las que ya no nos quisieron ni las putas, te lo juro, dejé el corazón guardado por ahí, cagoenmiputavida, hasta que sea capaz de subirme los calzones o quién sabe, de ondearlos en la brisa para que nadie vuelva a bajármelos. Hasta que lleguen las noches de pólvora y sudor, una sombra me lo custodiará junto a otros compañeros de males de vida, hay sitio para el tuyo. Y si hay rollos y se rompen los vendajes, siempre queda la puerta de atrás para escapar hacia delante. Un día te enseñaré el lugar, por si quieres dar un paseo por allí para quedarte.
Hasta entonces, guárdate de las rubias con sonrisa de hada, las chinas y las hijas de papi que venden en papel sueños de ladrillo. Pégate a la soledad pero sólo un poco. De ella ya hablaremos otro día, porque tengo una conversación pendiente con otra persona. Sé que estas palabras que nos regala el poeta te reconfortarán, así que lee...
Soledad que te pegas a mi alma
en la dulce soledad de este campo de otoño.
No hay momentos de sosiego.
Rebeldía pura de amores sin amores,
ilusiones puras y puros conformismos
intentando levantar el espíritu nostálgico
de querer estar contigo y nunca estarlo.
Volverás de nuevo a estas tierras agrietadas
y verás de nuevo a quien te ama, borracho,
borracho de amores y libertades
y también de vinos por olvidarte. Borracho.
Y si surgen saludos y palabras,
tal vez notes la dureza de mi estilo
queriendo no herirte en nada
y en mi soledad sólo herirme yo mismo.
Y verás sin duda el resurgir poderoso del guerrero
sin miedo a leyes ni a nostalgias,
y lo verás caer una y mil veces y levantarse de nuevo
con la pura bandera de su raza.
en la dulce soledad de este campo de otoño.
No hay momentos de sosiego.
Rebeldía pura de amores sin amores,
ilusiones puras y puros conformismos
intentando levantar el espíritu nostálgico
de querer estar contigo y nunca estarlo.
Volverás de nuevo a estas tierras agrietadas
y verás de nuevo a quien te ama, borracho,
borracho de amores y libertades
y también de vinos por olvidarte. Borracho.
Y si surgen saludos y palabras,
tal vez notes la dureza de mi estilo
queriendo no herirte en nada
y en mi soledad sólo herirme yo mismo.
Y verás sin duda el resurgir poderoso del guerrero
sin miedo a leyes ni a nostalgias,
y lo verás caer una y mil veces y levantarse de nuevo
con la pura bandera de su raza.
Esto es Soledad de amores, del Chinato.
De lo que pudo haber sido... que a lo mejor algún día será. ¿Acaso lo sabemos? Nos vemos en los bares ya mismo, amigo. Y qué le voy a hacer yo, si esto es el circo y mi prosa es mi alambre...
Juan Antonio
2 Comments:
Tú, reacio a encontrar el claro entre las nubes por donde pueda colarse tan siquiera un puto rayo de sol; yo, esperanzado entoavía porque, poco a poco, voy aprendiendo eso que dicen de que la pacencia es la mayor virtud del hombre...y hay veces que el afrontar las cosas desde otra prespectiva te hace más humano...
Si bien, compañero, voy a vender mi alma al diablo porque necesito volver a sentir el azote de Eolo en mi castigado cuerpo y el suave ronroneo en mis huesos...y cuando esto pase, me enfundaré en coloridos ataviajes y marcharé raudo a devorar serpientes de asfalto, donde no hay lugar a pensamientos, ni tan siquiera los tristes...y cuando esto pase, cuando esto pase...tendrán que hacer por olerme el culo porque marcharé solitario a lomos de mi camello de una sola plaza...a caraperro o con el cuchillo entre los dientes, pero con la seguridad de esbozar una sonrisa cuando el suave motor deje de latir y el yelmo deje de presionar mis mejillas...entonces, pararé y como no, hielo, por favor...
Pese a todo...esperanzado sigo...y como te dije el otro día...no hincaré mis rodillas en el suelo si no es para coger impulso...allí y entonces
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