miércoles, enero 31, 2007

LA CALMA DEL VIAJERO

... Encarnando el momento de la llegada del que no tiene por patria más que la tierra que en ese momento pisa,esperó. Divagando los versos perturbadores y turgentes que le habían sido regalados a la hora de las meriendas, esperó. Representando la hora en la que el viajero anónimo pariera una cruz, esperó. En la calma que precede a la más tormentosa de las esperas... Se mantenía firme...

Juan Antonio

martes, enero 30, 2007

EL VIAJERO ANÓNIMO FRENTE A LA MAR

Me cuenta el viento que una vez vio caminar perdido al viajero que no podía decir su nombre. Me cuenta que estaba triste, que perdía susurros por las veredas de los caminos que tienen el color del cielo cuando a veces, caprichoso, le da por morirse. Que se miraba en los escaparates y se lanzaba deseos para encontrarse en el reflejo, mientras con anhelo, miraba a lo lejos en busca de algo que muchas veces pintó de azul.

Me cuenta mi Monterito que una vez le dijo el viento que en el lugar donde de verdad quisiera llegar el viajero ella se alborota. Y que, sabrosa de sal, embiste la costa y chifla los ánimos de todo aquel que mirándola se siente cerca.

Y sucede que hiriendo versos y robando días al calendario, el viajero que no quería decir su nombre se imaginó que no imaginaba. Que le daría igual que su mar no tuviese sal, que sus olas se convirtieran en agua con forma de olas, que fuese verde o turquesa o no hubiera sirenas ni murmullos ni tampoco caracolas.

Se imaginó que ya no soñaba.

Que sólo estaba ella. Libre. Sin colores ni versos ni ruidos ni estrofas.
Que aprendía a descubrirla y a mojarse y a nadar y a no esperar más de ella que aquello que ella quisiera regalar.

Y a no tener prisas, a no importarle las horas.
A no tener miedo.

Así un día, de repente el viajero se encontró en frente de ella. Con un sólo deseo.
Amar su nuevo mundo, más grande, más ancho, diferente, estridente.

Quiso quedarse a su lado y dejar correr dos vidas enteras.

Juan Antonio

domingo, enero 21, 2007

EXAMEN

Para Noelia que me pidió otro poema más.

Está hoy el consuelo de algunas bocas tristes
en el rojo sobre el rojo en que bailan
sin música los peces.
Y en el azul sobre los besos
que brotarán del mar de las sirenas
dibujando en el aire criptodramas.
Y en el verde de la fantasía
que succiona la pasión de los cuerpos
por donde asoma el alma de ceniza.
Y también está hoy el consuelo
en el color más negro en el negro
nocturno que delata
la ceguera de amor cuando es ardiente.

¿Por qué no asesináis a la monotonía
con el furor del mundo o con las armas
de vuestra tinta tan virginal y adolescente ... ?

Dejad ya de una vez en libertad
la sensual oración de vuestros labios.

Del libro inédito "Frutas para una macedonia".
© Ezequías Blanco